Tenemos razón. La hemos tenido siempre. Los oprimidos, los explotados, los ignorados, tenemos razón y lo sabemos. Estamos ya cansad@s de tener que explicarle al mundo por qué los bancos son malignos, perversos, indeseables, ladrones hijos de su tal y cual. Estamos cansad@s de destazar las múltiples formas en que nos manipulan y nos pervierten. Cansad@s de reproducir su mismo discurso defendiéndonos de sus mentiras. Queremos, al contrario, que nos expliquen ellos a nosotr@s, que nos den ¡una sola buena razón! Y nos digan qué bondad exactamente aporta un banco a nuestras vidas. Queremos que pasen ellos bajo el reflector y se expliquen –y tienen mucho, muchísimo que explicarnos-. Que suban al estrado sin los papeles que les ha preparado su redactora y respondan ellos a las preguntas. Y si están tan convencidos de que el TLCAN es beneficioso para la agricultura ¡pues que dejen el ministerio/empresa/cómodo puesto administrativo y se vayan a Oaxaca a vivir del cultivo de dos hectáreas de maíz blanco...!
Tenemos que dejar de insistir todo el tiempo en que tenemos razón. Es desgastante e inútil. Pues igual que la mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo, también la verdad y la razón son una mera cuestión de apariencia, y de poco sirve que tengamos razón si no lo aparentamos. Debemos crear nuestra propia agenda mediática y dejar de arrastrarnos tras la de ellos: sus noticias, sus farsas, sus tonterías, lo que dijo él y a quién besó ella, ¿acaso nos importa? Urge: homogeneización de logos de la resistencia, repetición de jingles de radio y spots audiovisuales, notas de opinión claramente diferenciadas de las notas periodísticas, ampliación de géneros (opinión, reportaje, entrevista, nota, etc), uso de la dizque-objetividad (que, asumámoslo, no existe ni ha existido nunca, no es más que un juego y ellos lo saben) mediante cita adecuada de buenas fuentes de información, no-réplica de mierda periodística, etc. Uso de contenido original y construcción de una imagen del medio/movimiento. Pero sobre todo: repetición, repetición, repetición de ideas. Ideas, que no necesariamente consignas. Ideas que, como semillas en la mente de quien las recibe, germinen en emociones e incluso, si hay suerte y la lluvia es favorable, en opiniones, en decisiones, en acciones incluso.
Porque no se trata solo de tener razón, sino de parecerlo.
redacta: europaenllamas
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