martes, 24 de mayo de 2011

#SpanishRevolution...¿Y en México, pa'cuando?

(O México en el espejo de España)

Desde que España protagonizó su ingreso estelar en las portadas internacionales vivimos desde México las respuestas ambivalentes a estos eventos que parecen ilusionar y decepcionar simultáneamente. Ilusión porque la revolución parece haber estallado en la “Madre Patria” (o cómo sea). Decepción porque en México no se ha logrado lo mismo a pesar de que las circunstancias que vive el país son en rigor mucho más preocupantes. En ambos países (y es de suponer que en muchos más) se escriben artículos a diestra y siniestra tratando de comprender qué ocurre. En México, además, se escribe y se piensa en cómo lograr lo mismo en terreno nacional. Hay esperanza, y hay lamentos. Hay internacionalismo, y hay mala leche. Hay quien se desvincula del movimiento de las acampadas españolas porque “está infiltrado por la derecha”, “o por los marxistas republicanos”, y hasta “por los chemtrails” (verídico). Hay de todo, vaya.

En la hora de la verdad todo el mundo parece sorprendido. “Un movimiento espontáneo”, dicen. “Nadie podía preveerlo”. Quizá. O quizá todo lo contrario. Si no que alguien me explique cómo es que había (haberlos los había) corresponsales extranjeros en Madrid listos para reportar los acontecimientos del 15M y el 22M…¡desde el 14 de mayo! ¿Estaban allí por casualidad, o quizá porque supieron medir el pulso de la red y adivinar a tiempo que algo gordo se estaba gestando?. Dicen imprevisible, pero quizá debieran mejor confesar que no estuvieron lo suficientemente atentos y/o informados.

Ahora se alborota el gallinero y todos quieren sacar tajada. Que no cunda el pánico: es normal. Quiere sacar tajada el PP, el PSOE, los partidos chiquitos españoles y hasta los opinólogos profesionales mexicanos, si, esos mismos que nunca se enteraron de que algo se cocía en España pero que ahora están prestos para explicarle al mundo como es que un movimiento que al parecer ni previeron ni entienden le “ganó la carrera” a los movimientos autóctonos de los Estados Unidos Mexicanos. ¿Por qué lo que funciona en España no funciona en México? (Y a continuación, la clásica cantinela de fustigación malinchista). Ah, es que los mexicanos somos tan…[inserte aquí su frase favorita]. Ah, es que los mexicanos no sabemos…[inserte aquí el trauma histórico de su elección].

¿Pues qué se piensan?¿Piensan que los españoles no tenemos traumas?¿Piensan que los españoles no tenemos miedos? Los tenemos joder, y demasiados. 72 años de silencio han dejado a España destrozada y con la autoestima por los suelos. España lleva SETENTA Y DOS años sin hablar, muda en su terrible shock, alelada, gris, estupefacta. Ahora, por fin, habla alto y claro. Pero no se confundan los que dicen que es “sin odio y sin violencia” (¿a diferencia de México, hay que preguntarse?¿o cómo?). Puede que sin violencia por el momento, pero señores, odio hay, y mucho. Si no lo saben es que no saben nada de los españoles y mucho menos de su historia de miseria y de mejor-no-significarse. Y además, déjenme decirles, es un odio 100% comprensible: porque los putos bancos, los putos intereses económicos, el puto neoliberalismo, el puto FMI, los putos partidos políticos vendidos desde siempre, y un puto largo etc., han dejado a España literalmente triturada. Y préstenme atención: odiar no está mal, mientras no nos pongamos a fusilar gente. (Que en España ya sabemos muy bien como acaba eso ¿verdad?).

Los mexicanos idealizan y odian a España alternativamente del mismo modo que los españoles idealizan y odian alternativamente a Francia. El malinchismo tiene raíces largas y comunes. Es un error tanto fustigarse pensando “¿por qué los españoles sí pueden y nosotros no?” como lo es tratar de exigir de los ciudadanos españoles que organicen una revolución en México que ni pueden, ni deben, ni, creo yo, deben querer liderar. Pues es a cada país que le corresponde –y a nadie más- tomar las riendas de su destino. España verá si logra zafarse el cepo que trae puesto en el cuello desde hace siete décadas. México verá lo propio.

Pero ahora, vamos por la pregunta que tortura a los mexicanos: ¿y México qué?¿y México cuando?¿Debe ser Sicilia quien salve a México?¿Será por el contrario López Obrador?¿Será Estados Unidos, una intervención de la OTAN?¿Será un milagro, el retorno de Pancho Villa?

Las mismas preguntas, escuchadas en España en Octubre de 2010, en referencia a las brutales huelgas de Francia en protesta por la reforma de pensiones. ¿Y España pa’cuando?¿Y en España por qué nadie sale a la calle? Ah, esos franceses sí saben de democracia…oh la la. Y luego dicen que el malinchismo es producto 100% mexicano. Pos que se creen.

Muchos no se dan cuenta, sin embargo, de la sutil estrategia de los opinólogos, sabetodólogos, articulistas y demás fauna dospuntocero. Al clamar “¿México cuando?” se da por hecho que en México no pasa nada. Error, y además, de los más malintencionados del momento. En México pasan muchas cosas, y que no salgan en el noticiero de López Dóriga no quiere decir que no existan. En México hay una guerrilla digital mucho más poderosa que la guerrilla española –que fue, en honor a la verdad, quien organizó el movimiento 15M-. En México hay Círculos de Estudio, hay marchas de cientos de miles de personas, hay gente valiente, muy valiente, que sale a la calle aunque sepa que arriesga la vida en ello. Así que la pregunta no es “¿y México cuando?”, sino más bien, ¿Y aquí cuando nos sacan los medios en portada? Así que no se hagan tontos, periolistos, porque la revolución mexicana lleva 5 –si no 100, o hasta 200- años en marcha.

A mi me admira, de verdad me admira, que los opinólogos mexicanos enaltezcan la “revolución española” –que de momento, por cierto, no ha logrado aún nada- mientras fustigan con látigo de acero a sus compatriotas por inútiles a la vez que, simultáneamente, le hacen asquitos al plantón del 2006. Hay que ser hipócrita, joder, hay que ser hipócrita, o de plano tener muy pocas luces. Si están viendo y no ven. ¿O no será que no quieren ver el elefante frente al garaje? La revolución por la que ahora claman como voceros de la flamígera justicia (mientras sea en el extranjero, eso sí) hace tiempo que vive en México.

Y a mí SI me entran ganas de golpear a alguien cada vez que leo ese plañidito quejumbroso de “es que en México no sabemos…” (igual que me entran ganas de dar hostias, es de justicia decirlo, cuando oigo a un congénere español quejarse en los mismos términos de la inutilidad española respecto a otros grandes, icónicos países, porque es que “Spain is not Europe". O peor, si quieren sulfurarme de verdad, cántenme esa de “toda la culpa es de Madrid”). ¿Cómo que en México no sabemos?¿Cómo que en España no sabemos? Todos sabemos, en el corazón, lo que es justo. Todos sabemos quién corta el bacalao y quien parte y reparte, quién manda y quién obedece, quién es vocero de los intereses extranjeros y quién no. El problema no es que lo sepamos nosotros. El problema es que nosotros sepamos que los demás también lo saben.

Cuando eso pase, cuando nos demos cuenta, en México, como se dieron cuenta en España de que la minoría son ellos…ah entonces, ¡prepárense cabrones!

@europaenllamas

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