11.999 valientes y un pelele se registraron en el RENAUT a nombre de la misma persona. Adivinen ustedes de quién se trata. 11.999 personas compartieron un chiste secreto y sutil y ejercieron con absoluta elegancia su derecho al pataleo desde el más perfecto y pacífico anonimato. Observen esta nota: redoble de tambor y carcajada general. ¡12.000 personas registraron su cel a nombre del presidente! Ellos están entre nosotros: 11.999 personas que disienten, patalean y se cagan de la risa. 11.999 personas que no acaban de creerse eso de que el registro de celulares es por nuestra seguridad, dizque para vivir mejor. ¿Por qué no estarán pensando en venderlo, cierto? ¿Seguro que la idea no es más bien tener un registro de ciudadanos centralizado, y ya de paso, sacarse un buen pellizco revendiéndose la información al mejor postor, cierto? Por otra parte, piensen en las implicaciones de la noticia. Técnicamente, el presidente se ha expandido. ¡Qué miedo! Se ha, digamos, replicado en 11.999 personas más. Con casi total seguridad usted conoce a uno de sus suplantadores. El presunto presidente podría ser –pongamos por caso- su madre o su abuelita. Quizá nunca sabremos quiénes fueron, pero sabremos que están ahí. A diferencia de los 25 millones de celulares que de plano no fueron registrados –lo que vendría a ser simbólicamente algo así como no votar-, 11.999 personas eligieron, sin ponerse de acuerdo, meter el mismo chiste en la urna del RENAUT.
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