sábado, 17 de abril de 2010

El negocio del miedo


Miedo, del fotógrafo jonycunha



Uno de los videos insertados en la pagina www.terravivos.com, sirva como ejemplo del discurso...

¿Han visto todos 2012? Siguiendo la línea de esta espantosa película (espantosa no tanto por el simpático argumento en sí, sino por las inmorales soluciones propuestas en su desarrollo: solo los ricos serán salvados, ¡pues qué bien!), en la página web http://www.terravivos.com se anuncia a bombo y platillo la venta de co-propiedades en refugios subterráneos con todas las comodidades y el confort de un hotel de cinco estrellas. Estos refugios tienen capacidad de hasta para 200 personas y protegen contra (citamos) inversión de polos [ósease: que el sur esté donde el norte y el norte donde el sur…vaya, ¡con razón tienen miedo! vaya a ser que amanezcan en Mozambique], erupciones volcánicas, llamaradas solares, terremotos, asteroides, tsunamis, ataques nucleares, bioterrorismo, guerra química e incluso protegen ante el caso que se desate un brote permanente de [ahí viene lo mejor de todo] anarquía social. En cuyo caso es de suponer que usted (lector) y nosotros (los abajo firmantes) estaríamos del lado de los rebeldes armados con palos y cuchillos de cocina. O en el refugio subterráneo de los pobres: las alcantarillas.

Cita esta interesante web asimismo (aunque no proporciona sus fuentes: qué lástima) que los gobiernos del mundo han estado ocupados construyendo enormes refugios subterráneos. No sabemos si se refieran al muy polémico búnker de Monsanto, más que nada porque Monsanto (al menos oficialmente) todavía no es “gobierno”. Aunque estamos conscientes que con cada día que pasa la línea entre empresa y gobierno se hace más difusa, al punto que amenaza con desaparecer.

Luego, en un contador que por lo ingenuo nos recuerda al del Renaut aparece en tiempo real el número de días, horas y segundos que faltan para el fin del mundo. No sabemos si el fin del mundo según los mayas o según el editor de la web. No importa: la cuestión es meter miedo y hacer dinero. Según esta web, cuando llegue el fin del mundo, “esconderte en tu casa […] no servirá de mucho […] la gente te encontrará mientras rapiñan para sobrevivir, y tomaran lo que sea que tengas y necesiten. Defenderte a ti mismo y a tu familia puede ser mortal. La naturaleza humana tomará el control y las personas se convertirán en cazadores, predadores; matarán a todos los animales salvajes hasta que se agoten todas las fuentes de comida, y entonces ya no habrá modo de sobrevivir y probablemente se convertirán en caníbales. No habrá lugar seguro para ti y para tu familia…”

Santas Musas, qué texto más horrendo: ni en nuestras fantasías más destructivas y autocomplacientes hemos llegado a imaginar algo así, entre otras cosas porque es a todas luces contradictorio y alarmista: ¿“la naturaleza humana” se revelará…? –¿más que ahora, querrán decir?¿querrán decir que la naturaleza humana no se ha revelado todavía, después de milenios de todo tipo de miserias?-O quizá su auténtico miedo, el que palpita detrás de tan surrealistas líneas, es el más atávico, el más terrible: que los humillados del mundo tomen el poder y les traten como ellos les han tratado durante milenios…ellos: los que pueden permitirse comprar este tipo de refugios y son capaces no solo de creerse enunciados como el que hemos resaltado un poco más arriba sino de pisotear cualquier tipo de ética y creer que ellos si merecen sobrevivir. Porque, como diría L’Oréal, ellos lo valen.

Es el mercado del miedo. Miedo a los pobres, miedo a los narcos, miedo a la obesidad y al tabaco, miedo a las llamaradas solares y a la anarquía social. Miedo a la gripe, a las bacterias, a los virus. Miedo a que Cuernavaca, antaño refugio de la clase dominante, se convierta en otra Ciudad Juárez. Miedo como fenómeno social y miedo como inversión. Miedo producido en cantidades industriales mediante la creación de un enemigo fantasma compuesto solo por intereses económicos. Enemigo imaginario que sin embargo produce muertos muy reales en cantidades alarmantes. Así, con miedo a todo y mucha inversión en publicidad, se fabrica el Otro, el enemigo, mientras se obvian los verdaderos problemas: el exterminio de la producción agrícola nacional, el robo de soberanía energética, la necesidad real de comer cada día. Eso sí que da miedo. Esos son los verdaderos enemigos.

firma: europa en llamas

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