miércoles, 12 de mayo de 2010

España: Ley de Herodes


Antecedentes de la cuestión: en 1931, el abuelo del actual rey de España huye muy espantado de la misma y se proclama una república democrática, constitucional, etc., conocida con el nombre de Segunda República, o, más popularmente, como “la niña bonita”. Apenas cinco años después, y tras muchas turbulencias políticas y abundantes ríos de sangre internos que ahora no describiremos porque no acabaríamos nunca, un general español, de nombre Francisco y de malhayada memoria, da un golpe de estado. A causa de la insospechada resistencia del pueblo, el general de malhayada memoria tarda más de tres años en lograr todos sus objetivos, tardanza que da lugar a una cruenta guerra civil con resultado de más de, siendo muy (pero que muy) conservadores, al menos un millón de víctimas entre muertos, desaparecidos y exiliados, y tal vez incluso dos según otras fuentes más liberales. En 1939 se establece definitivamente una dictadura en España, que ya no es ni república ni monarquía sino todo lo contrario. Sigue brutal represión, amenizada con delaciones a gogó, torturas variadas, encarcelamientos sin juicio y varios miles de ejecuciones arbitrarias. El general de malhayada memoria, ahora convertido en generalísimo y en caudillo de España por la gracia de dios aguanta como un campeón ¡treinta y seis! años más en su sitial. Tras la muerte de éste se promulga una Ley de Amnistía, se coloca al nieto del rey del primer párrafo (que había abdicado, pero ¿qué importancia tiene eso?), se sella todo ello con una bonita constitución y ala, a comprar, a comprar, que aquí no ha pasado nada.

Hasta aquí se entiende todo ¿cierto?

La cuestión: treinta años después (cuando ya enfilamos hacia los cien años de un conflicto que se adivina interminable, y que es viejo como el hambre pues simplificando mucho no va de otra cosa más que de la antiquísima lucha entre pobres y ricos) un juez polémico, robacámaras y, lo más importante de todo, republicano, se enfrenta al poder establecido y decide que ha llegado la hora de rendir cuentas. Iluso él. Craso error. El juez republicano cae en las garras del poder franquista, digo, institucional, ay perdón, quiero decir democrático, nosesimexplico, bueno ya me entienden. Otro juez -este del bando nacional- prepara toda su artillería para hundir al juez republicano. Encandilados bajo la luz de las cámaras, ambos jueces se arrojan tecnicismos, abren causas y plenos, se acusan y se recusan y se agreden mutuamente con luminosas armas judiciales ante el genuino asombro de ciudadanos de ambos bandos.

Porque sí: hay dos bandos, por más que el bando franquista, digo, el institucional, ósease el demócrata-constitucio-neo-kinki-liberal (de nuevo, no sé si me explico) insista en que somos uno, grande y libre, digo, no –¡ay, qué lapsus!- una, católica, apostólica y románica, vaya, que somos un solo bando unidos como hermanos e impasible el ademán. Pues va a ser que no. No somos, ni hemos sido, ni seremos, un solo bando, por más que ellos pretendan convertirnos a todos en aquello más triste, más espeluznante, más patético que existe: un obrero de derechas. ¡No, no y no, eso no pasará!

Garzón, el republicámaro, y Varela, el nacionalsocialisto -¿me confundí otra vez? quise decir “nacional”, a secas, lo juro, qué desliz el mío lo de añadirle “socialista”, aunque, ¿quién se lo iba a creer de todas maneras?- se enfrentan por el poder mientras los ciudatontos asistimos obnubilados a un espectáculo en el que aplica la ley de Herodes, osea que pase lo que pase, o te chingas, o te jodes. Porque, que nadie se haga ilusiones. Gane quien gane, nosotros perdemos. Si gana Garzón, ganamos de cara a la cámara, a sabiendas que, a la hora de la verdad, todo va a seguir igual. Pero si gana Varela, perdemos dos veces: perdemos hasta la última pluma del honor desmechado, hasta el último resquicio de dignidad: todo, todo, absolutamente todo se va a ir por el desagüe.

La Ley de Amnistía es tan inconstitucional como el rey, tan inconstitucional como la mismísima constitución con la que se les llena la boca de “democracia”. Demencial es esta historia. Yo ya no sé qué hacer, qué decir, para detener esta miseria moral que nos corroe y nos define como españoles. Pero una cosa estoy dispuesta a hacer, y lo digo de corazón: si alguien me dice cómo, yo pongo una demanda en México para que se juzgue a los responsables del exilio de mi abuelo y de la muerte de mi abuela. Si ustedes viven en países que fueron “amigos” en su día de la “niña bonita” tal vez puedan hacer lo mismo. Contacten a Slepoy si saben cómo. Muévanse rápido, y si descubren cómo se hace, ¡infórmennos a los demás!

¡En Argentina, las abuelas buscaron a los nietos. Que en España los nietos busquen a los abuelos!


P.S. Editamos para añadir que a día viernes 14 de mayo Garzón fue finalmente suspendido por el PGPJ y además por unanimidad. Viva el franq...digo, ¡viva la democracia, señores y señoras!


escribe: sinaia

foto: Gerda Taro, milicianas

2 comentarios:

  1. Precisamente eso es lo que ellos pretenden, dividir España otra vez en dos bandos y que las heridas nunca se curen, para así poder todos ellos desviar la atención hacia otros asuntos que a ellos les interesa y así provocar cada vez más división y poder hacer y manejar ellos todo como les venga en gana, ¿pero no nos damos cuenta que es precisamente esta situación la que ellos buscan con la clara intención de que nunca se produzca la unión tan deseada y seamos incapaces de crear un frente común para conbatir el capitalismo salvaje en que nos vemos inmersos?. En fin, una pena que no seamos capaces de ver lo evidente.

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  2. sin ánimo de encender los ánimos (valga la redundancia), pero, cuando dice usted "ellos", ¿se refiere a quién?

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